Lo primero que vamos a hacer es cortar los chiles poblanos en rajas hasta que podamos llenar 2 tazas. Una vez colmadas las tazas las llevamos a la licuadora.
Agregamos las 2 latas de media crema, el consomé de pollo en polvo, y 1 taza de agua. Una vez tengamos todos los ingredientes licuamos hasta que se forme una salsa uniforme y la apartamos.
El siguiente paso es cortar media cebolla en pequeños cubitos (lo más pequeño que nos salga sin hacer puré). También cortamos un diente de ajo en cubitos pequeños y salteamos todo junto un en sartén empleando una cucharada de mantequilla para facilitar su cocción.
Una vez que el ajo y la cebolla se hayan dorado, vertemos nuestros ingredientes previamente licuados a cocinar en la misma sartén. Es importante mover todo el tiempo para evitar que se pegue, mientras la mezcla se continúa esperando. Una vez que la salsa esté espesa, simplemente apagamos el fuego.
Ahora continuamos con el relleno de nuestras enchiladas poblanas.
Para el relleno comenzamos haciendo hervir los 300 gramos de pechuga de pollo, una vez cocida la dejamos enfriar para poder deshebrar con los dedos. Una vez listo apartamos.
Calienta el aceite y fríe 1/2 cebolla cortada en medias julianas hasta que adquiera un color transparente. En ese momento, añade el pollo deshebrado y los granos de elote. Condimenta empleando sal con cebolla.
Mezcla todos los ingredientes y cocina por unos minutos, intenta remover regularmente para lograr una cocción uniforme.
Calienta levemente las tortillas antes de servir, para ello lo ideal es emplear siempre un comal.
Rellena las tortillas con la mezcla de pollo recién preparada y luego baña las tortillas con la salsa y queso fresco desmoronado.
Finalmente procede a decorar empleando cilantro, cebolla morada y un poco de la Media Crema ya refrigerada, lo que le da una textura mucho más firme.
¡Y listo! Ya están preparadas tus deliciosas enchiladas poblanas. Una receta muy simple y deliciosa que sin dudas sorprenderá a tus familiares y amigos.