Recordamos que se trata de una receta muy sencilla por lo que la falta de tiempo no es una excusa. De hecho, si dejamos de lado la cocción es muy factible que tan solo les requiera unos 20 minutos para completar la receta.
El primer paso consiste en asar los chiles poblanos en un comal o directamente sobre la flama. De asarlos directamente sobre la llama se recomienda elegir los chiles más verdes y duros. De una u otra forma, recuerda voltearlos para garantizar una coccion pareja, hasta que su piel se haya quemado completamente por todos sus lados.
Una vez asados, los llevamos a una bolsa de plástico, donde los dejamos sudar durante unos 5 minutos. Este proceso hará que su piel se ablande, facilitando su extracción.
Una vez pasados los 5 minutos, podemos extraer su cáscara con facilidad, luego extraemos las semillas y las venas del chile poblano. Esto nos ofrecerá un gusto mucho más suave y agradable al paladar.
Lo siguiente en la preparación es sofreír la cebolla. Para ello la peleamos y la cortamos en media juliana, de preferencia un poco más gruesas que lo habitual. Luego las cocemos con un poco de aceite a fuego medio. Una vez que empiecen a ablandarse, agregamos los granos de elote y las rajas de chile poblano. Desde ese momento dejamos cocer por 5 minutos más.
Mientras se cocina la cebolla con el chile poblano procedemos a licuar el resto de los ingredientes.
Llevamos a la licuadora la crema, el queso y caldo de pollo en polvo, y a gusto un poquito de leche. Licuamos hasta que se forme una mezcla uniforme.
Vertemos el preparado sobre la cebolla sofrita y las rajas de chile poblanas, y dejamos cocer durante otros 5 minutos, para que se reduzca levemente el preparado, ¡Y listo!
Unas deliciosas rajas de chile poblano, ideales para impresionar a tu familia y amigos.