Para ello asamos el Chile Poblano en un tomal y dejamos que se dore bien en todos sus lados. En lo posible que empiecen a verse manchas negras en la cubierta.
Una vez asado, lo llevamos a una bolsa de plástico durante 10 minutos, para que el vapor ablande la piel.
Tras 10 minutos, retirar la piel va a ser muy simple, simplemente raspamos muy suavemente con un cuchillo de cierra.
Lo siguiente es abrir el Chile poblano cuidadosamente abriendo un simple corte en uno de sus lados, a través de ese tajo limpiar bien el chile por dentro retirando venas y semillas.
Una vez el chile está limpio, repetimos el proceso con los otros 3 y luego los rellenamos a todos ellos., dejando que el chile quede semiabierto, con el relleno a la vista.
Ahora solo falta agregar un poco de crema ácida sobre el relleno y cubrir bien con queso manchego, para que quede bien vistoso.