Ahora toca el turno del pavo, que si bien lleva un poco más de tiempo, este no requiere nuestra entera atención.
Primero, precalentamos el horno a 180ºC
Luego, derretimos la mantequilla en la base de la asadera. Una vez derretida, mezclamos con el jugo de limón y de naranja, que van a servir para potenciar el sabor de nuestro pavo.
Una vez todos los líquidos estén integrados, comenzamos a hidratar al pavo. En lo personal, me gusta usar un pincel y un cucharón, ya que me gusta que el mismo quede bien hidratado, pero puedes usar cualquier tipo de utensilio que así lo permita.
Una vez el pavo esté bien hidratado por dentro y por fuera, agrega sal y pimienta a gusto, solo la primera vez que hidratamos al pavo; y rellenarlo por completo, utilizando el preparado del paso anterior.
Si queda poco jugo y manteca en la base de la asadera, complementa con un poco de agua, y luego cubre el pavo con papel de aluminio y mételo al horno.
Cada una hora o 40 minutos abre el horno y retira el aluminio para asegurarte de que la base de la asadera siga hidratada y vuelve a hidratar al ave.
Llegada la cuarta hora de cocción, puedes aumentar levemente la temperatura del horno, para dar un dorado final.