Lo primero que haremos será servir las pechugas de pollo en una cacerola con abundante agua. Puedes agregar sal, pimienta y las especias que prefieras.
Una vez que el pollo ya se encuentre cocido lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar fuera del agua. Una vez que la temperatura del pollo nos permita manipularlo con los dedos, lo deshebramos y reservamos las hebras de pollo. Recuerda reservar el caldo de cocción del pollo.
Ponemos a hervir los jitomates, una vez que se encuentren lo suficientemente blandos los llevamos a la licuadora donde los vamos a triturar y apartar el puré de jitomate para su posterior uso.
Lo siguiente en la lista es sofreír la cebolla, para eso cortamos una cebolla en media julianas y la media cebolla restante la picamos en pedacitos aún más pequeños. Dejamos que se dore bien, y una vez que empieza a tomar color comenzamos a agregar el puré de jitomate y el pollo deshebrado. Una vez integramos los ingredientes, sazonamos con sal y pimienta a gusto.
Lleva a la licuadora la lata de chipotle, el ajo, el orégano, el tomillo y el agua de cocción del pollo y prepara una salsa uniforme.
Vierte el licuado de chipotle en la sartén donde teníamos la cebolla caramelizada y la salsa de jitomate. Deja que se siga cociendo hasta que se reduzca el caldo y se forme una salsa espesa.
Cuando el preparado se espese lo suficiente y adquiera su textura característica, podrás dar por terminada la preparación y disfrutar de una deliciosa tinga de pollo poblana.